Filosofía Montessori

La verdadera razón por la que ADN incorpora a su propuesta educativa, como referente, la filosofía Montessori se debe ni más ni menos a que, a pesar de tener sus orígenes a finales del siglo XIX, afronta como ninguna otra los objetivos esenciales de la educación:​

      • Alcanza y domina las competencias metodológicas.
      • Integra las diferentes áreas del conocimiento.
      • Atiende a la diversidad.
      • Favorece la interacción y el desarrollo social.
      • Implica al alumno en su propio proceso de aprendizaje y de crecimiento personal.
      • Propicia una educación real y de aplicación para la vida.
      • Favorece el auto-conocimiento personal.
      • Desarrolla la inteligencia emocional.
      • Desarrolla las competencias personales.


Montessori aporta conocimientos sobre desarrollo psicológico, emocional y afectivo, ofreciendo datos concretos sobre qué necesidades deben cubrirse en cada etapa de desarrollo y sobre qué debe manifestarse en el niño y el adolescente como ser humano para poder afirmar que se está produciendo un desarrollo sano. Las llamadas “tendencias humanas”, los “períodos sensitivos” y las etapas de desarrollo que Montessori pudo observar en los niños con los que trabajó y que hoy pueden verse en una aula Montessori dan luz sobre motivación, niveles de exigencia y de concentración, intereses y formas de aprender, que dan al maestro Montessori la capacidad de orientar y reorientar la conducción del aula y de todos sus alumnos.

Según María Montessori, el nivel y tipo de inteligencia se conforman fundamentalmente durante los primeros años de vida. A los 5 años, el cerebro alcanza el 80% de su tamaño adulto. La plasticidad de los niños muestra que la educación de las potencialidades debe ser explotada comenzando tempranamente.

Los conocimientos no deben ser introducidos dentro de la cabeza de los niños. Por el contrario, mediante la información existente los conocimientos deben ser percibidos por ellos como consecuencia de sus razonamientos.

Lo más importante es motivar a los niños a aprender con gusto y permitirles satisfacer la curiosidad y experimentar el placer de descubrir ideas propias en lugar de recibir los conocimientos de los demás.

Permitir que el niño encuentre la solución de los problemas. A menos que sea muy necesario, no aportar desde afuera nuevos conocimientos. Permitir que sean ellos los que construyan en base a sus experiencias concretas.

Con respecto a la competencia, este comportamiento debía ser introducido solo después de que el niño tuviera confianza en el uso de los conocimientos básicos. Entre sus escritos aparece: «Nunca hay que dejar que el niño se arriesgue a fracasar hasta que tenga una oportunidad razonable de triunfar».

Consideraba que no se podían crear genios pero sí, darle a cada individuo la oportunidad de satisfacer sus potencialidades para que sea un ser humano independiente, seguro y equilibrado.

Otro de sus conceptos innovadores fue que cada niño marca su propio paso o velocidad para aprender, los tiempos hay que respetarlos.

Nada más acorde con las tendencias actuales en cuanto a cómo enseñar, teniendo muy presente los avances científicos sobre cómo funciona el cerebro a la hora de aprender.